La cesárea es una operación de cirugía mayor destinada a salvar la vida a las madres y a los bebés en aquellos procesos de parto que se ven bloqueados o en los diferentes casos en los que peligra la vida de la madre o del bebé.
Desgraciadamente, en la vida real la cesárea es uno de los modos más utilizados para hacer nacer a nuestros hijos.
Muchas mujeres viven su embarazo con la ilusión de vivir su parto, "el día más feliz de su vida", el momento en que conocerán a ese pequeño que están gestando del que se han enamorado desde el primer momento del embarazo.
Es verdad que un pequeño porcentaje de partos terminarán en cesáreas necesarias.
Pero la realidad es que muchos más nacimientos se dan por
cesáreas innecesareas.
Si eres una mujer que se informó durante el embarazo de las opciones que tenía para parir, planificaste el nacimiento de tu hijo y finalmente te has tenido que enfrentar a una cesárea, puedes tener una serie de emociones que te puede ser que te impidan disfrutar tu día a día como madre:
- Tristeza por el parto robado
- Tristeza por el nacimiento no vivido
- Tristeza por haberte perdido las primeras horas de tu hijo
- Rabia por lo que te hicieron
- Rabia por no haber sabido reaccionar y defenderte
- Rabia porque tu pareja no supo reaccionar y defenderte
- ...
Además:
- Tienes dificultades para vincularte a tu hijo, esto te culpabiliza y te genera mil emociones más.
- Tienes dificultades con la lactancia.
- Tu familia pretende "mandar" en tu vida, en tu casa y en tu maternidad.
- ...
Esto es lo normal, además de las características propias del puerperio.
Si no sientes nada de esto (no todos, al menos alguno) tal vez tienes un problema mayor: tus emociones bloqueadas, como una mochila de piedras en tu espalda que te impide avanzar.
En este curso queremos ayudarte con esta mochila. Tal vez empezaste a llenarla muchos años antes, tal vez fue en tu infancia que aprendiste a guardarte tus emociones.
Éste puede ser el momento ideal para trabajar tus emociones, tu dolor de no-parto, de tu bloqueo...
Regálate la mejor vida que puedes vivir para ti misma.
¿Cuánto cuesta tu bienestar emocional? ¿Y la de tu hijo?
Un saludo!
Mónica Álvarez